INGREDIENTES:

 

1. Corta en dos los tomates cherry, macéralos en un poco de aceite de oliva, sal y albahaca seca y reserva. También puedes utilizar tomates secos, los hidratas en aceite de oliva unos minutos y listo.

2. Lava y trocea las hojas de kale quitándoles el tallo, les añades aceite, sal de Himalaya y el zumo de limón.

3. Para que el kale quede tierno ahora con las manos estruja y masajes las hojas aprovechando apara impregnar bien del aliño de aceite y limón, así las fibras se rompen y será más fácil de digerir y más gustosa. Verás que se quedan brillantes y blanditas.

4. Mezcla con los tomates ya macerados y añade una o dos buenas cucharadas de sésamo (puedes utilizar cáñamo o cualquier otra semilla que tengas a mano) y otra de moringa.

Voilà!