Esta semana estamos celebrando el amor. Y más allá de los chocolates, los regalos, las cenas elegantes y demás, a mí me gusta aprovechar este momento para centrarme en el poder del perdón, en la conexión más profunda con uno mismo (o con las relaciones) y en llamar al amor a nuestra vida.
El perdón es una de las herramientas más poderosas que tenemos en nuestra caja de herramientas espiritual. Porque la crítica, el juicio, el enfado, el dolor, la frustración, la envidia, los celos y cualquier otro sentimiento de este tipo pueden formar bloqueos profundos (energía estancada). Y limpiar esa energía para hacer espacio a sentimientos de amor, alegría, paz y felicidad no está tan lejos como podrías imaginar. Aquí tienes una meditación muy rápida y sencilla sobre el perdón. Úsala tan a menudo como lo necesites. Y úsala con cualquier persona o cosa que te haya hecho daño (poco o mucho). Considera esto como tu pequeño baño de perdón espiritual. Uno que te trae a cambio mucha abundancia .
Meditación del Perdón
Siéntate en silencio en un espacio tranquilo. Inhala y exhala. Baja el ritmo de tu respiración y concéntrate en cómo el aire entra y sale hasta que te sientas totalmente relajada/o. Una vez que hayas llegado, concéntrate en tu tercer ojo. Llénalo con el color verde, y lentamente trae a tu mente a las personas y lugares que te han hecho daño. Tómate el tiempo de llenar de luz verde a esa persona o lugar. Y date cuenta de que actuaron desde su propio lugar de miedo y programación. Tómate este momento para ver a esa persona o lugar con compasión, dándote cuenta de que sus acciones y su energía hacia ti realmente no tienen nada que ver contigo. Sigue llenándolos con el color de luz que sientas. Una vez que estén llenos, deja que se alejen de ti lenta y pacíficamente hacia el cielo. Hasta que ya no estén presentes en tu vida. Termina esta meditación viéndoles marchar: «Deseo que alcances tus más altas y grandes metas en la vida».