El ayuno intermitente es una manera de alimentarse que combina periodos de ayuno con periodos de ingesta de alimentos. Este patrón de alimentación que se basa en investigaciones científicas recientes tiene múltiples beneficios para nuestro organismo y nuestra salud.
Por lo general se realiza un ayuno 16/8, esto significa ayunar durante 16 hrs e ingerir alimento durante 8 hrs, aunque se puede reducir hasta seis, cuatro o incluso dos horas si quieres. Básicamente sería no desayunar, y sí comer y cenar, recordando no comer tres horas antes de irse a dormir. Por supuesto en las 6-8 horas que comes, asegúrate de consumir proteína saludable, reducir el consumo de carbohidratos como la pasta, el pan y las patatas sustituyéndolos por grasas saludables, aguacate, aceite de coco, aceite de oliva y frutos secos (con moderación).
Nuestra recomendación es que primero se reduzca el número de comidas a tres (desayuno, comida y cena) eliminando el almuerzo y la merienda. Cuando ya hayamos conseguido adaptarnos a realizar tres comidas, el siguiente paso es ir reduciendo el desayuno, hasta tal punto que no nos cueste no desayunar. Una vez llegados a este punto, será bastante sencillo realizar sólo dos comidas al día e incluso si quisieras realizar un ayuno 24 horas será también más fácil. Recuerda que toma un par de semanas, y que es mejor hacerlo poco a poco.
El beneficio primero que le encontramos es que una vez pasado el período de adaptación de unos 10 días, el hambre (que es básicamente la demanda de azúcar ) desaparece porque el cuerpo aprende a utilizar las reservas de grasa del cuerpo. Otro beneficio mágico es que mejorará radicalmente las bacterias buenas en el intestino mejorando considerablemente tu sistema inmunológico. También dormirás mejor, tendrás más energía, aumentará tu claridad mental y capacidad de concentración. Según los estudios los beneficios son los siguientes:
- Normaliza la sensibilidad a la insulina y leptina, que es clave para una salud óptima ya que la resistencia a la insulina (que es lo que obtiene cuando su sensibilidad a la insulina se desploma) es un factor primario que contribuye a casi todas las enfermedades crónicas, desde la diabetes hasta enfermedades del corazón e incluso cáncer.
- Normaliza de los niveles de grelina, la hormona que determina el apetito.
- Promueve la producción de la hormona humana del crecimiento (HGH), que juega un papel importante en la salud y ralentiza el proceso de envejecimiento.
- Reduce de los niveles de triglicéridos, mejorando el colesterol.
- Reduce la inflamación y la disminución de los radicales libres
- Ayuda a reducir la mortalidad y retrasa el envejecimiento, tanto a nivel físico como a nivel de nuestro organismo.
- Tiene efectos positivos sobre nuestra plasticidad neuronal.
Recuerda, ayunar no significa morir de hambre. Ni tampoco estar sujeto a una dieta, simplemente organiza tus comidas entre las 11 hasta las 19:00 aproximadamente y elige alimentos saludables reduciendo al mínimo los carbohidratos y reemplazándolos con grasas saludables, como el aceite de coco, aceite de oliva, aceitunas, huevos, aguacates y nueces.